lunes, 27 de mayo de 2019

¡Hey Gorila, ayúdame!


Hemos pasado tres semanas en Corea. Ha sido un viaje fantástico, hemos visto muchas cosas y lo hemos pasado fenomenal. Seúl y Busan unas ciudades modernas y muy agradables para callejear. Bonitos palacios, mercados callejeros, y la gente increíblemente amable, siempre dispuesta a ayudarnos, contando siempre con el móvil, que ahora resuelve cualquier contratiempo. Recuerdo la primera visita a Japón, en agosto de 2007: era muy difícil callejear porque los rótulos de los nombres de las calles eran escasos, y cuando los había estaban mezclados con Kanjis, punto donde no alcanzaba mi nivel básico de japonés. No teníamos móvil con GPS, y había que preguntar a la gente que apenas hablaba inglés, por la calle. Nada fácil.
En Corea, si no entendíamos el menú de los restaurantes más típicos, los dueños y/o camareros nos lo intentaban traducir a través del Google Translator, increíblemente útil.
La isla de Jeju muy tranquila, bonita y fácil de manejar. Las tiendas de Line Friends y de Cacao Firends todo un descubrimiento. Nuestras nuevas deportivas Reebook de Line una increíble fricada… ¡en fin! Todo fácil e interesante.
Como siempre en mis viajes, siempre vuelvo con algún álbum ilustrado, que con tiempo, despacito, consigo traducir. En este caso sólo han sido cuatro, por un problema básicamente de espacio, aunque también es cierto que no encontré ninguna maravilla que me haya quedado con ganas de meter en mi mochila.

El primero que he traducido, y del que voy a hablar en esta entrada lo compré en una de las librerías de la cadena IP-Books, que encontré repartidas tanto por Seúl como por Busan. Son unas librerías muy grandes, de varias plantas, con multitud de libros especializados y una interesante sección de papelería.

¡Hey Gorila, ayúdame!, escrito por Park Jong-Jin e ilustrado por Lee Hye-Young es un libro bonito, de pasta dura, papel de calidad y unas ilustraciones limpias y luminosas llenas de color. Trata de un mono y un gorila que no le tiene al primero mucha simpatía. El mono pide ayuda al gorila con frecuencia, y el gorila se la presta a regañadientes, aunque al final termina reconociendo que ayudarle ha estado bien y se siente por ello mucho mejor. También el mono reconoce la ayuda que el gorila le ha proporcionado, y acaban comiendo juntos y siendo amigos.
Este libro me llamó la atención por lo llamativo de su portada: es para primeros lectores y tiene un texto cortito. La elección de los personajes, el color, y la sencillez de la historia me cautivaron a primera vista.